sábado, 18 de febrero de 2012

Maldita sea!

Que extraño se me hace el deseo de tenerte en mi mochila, solo ahí, desnudo, sonriente, empapado, las ganas de utilizarte cual veces se me venga en gana y tú solo ahí dispuesto, yo con mis dedos juguetones, rebeldes rodiandote sin pasión alguna; desde tus nalgas frías hasta tu cuello olor a ron con pasas, olor a felicidad y confianza.
Suavemente lunar por lunar, cicatriz por cicatriz rasgarte la piel, la carne, el alma; porque mis manos descubrirán lo más oculto que guardas que tienes para darme, lo que enclaustras en tu mirada pervertida.
Tu respirar que se pierde en la mía, exhausta de tantos  viajes, cervezas, recuerdos, promesas, sueños... sueños que penetras con tu labios rotos, uñas encarnadas en mi piel, caricias y ojos perdidos y me obligas a desearte, a tocarme, pero trato de guardar la compostura solo tomo una taza de café y abro los ojos para no sentir mas hormigueo en mi entrepierna, para despertar y revolcarme en la cama...



 ...Enviciada por tu cuerpo con el anhelo de querer tenerte ya mismo.

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