lunes, 3 de febrero de 2014

¿Cómo no hacerlo, amor?


.
Escribo sobre ti porque eres mi salvación.

¿Por que, cómo no hacerlo?
Si eres mi felicidad en cada letra.
Si eres mi adición echa carne, si recorres mi comisuras y ellas guardan tu sabor.
Si puedo ir más allá cada que besas mis ojos.

¿cómo no?
Si tu sonrisa sobre mis lagrimas lograron ser mi mejor remedio.
y amar, amarte, amarnos, terminó siendo lo mismo.

¡Ah!
Cómo explicarte de una forma simple y sencilla que desde que tomas mi mano con fuerza todo lo malo se ha echado a morir y que lo bonito ahora me representa.
que la tristeza tomó otro rumbo, como si se hubiera olvidado de mi.
que los días malos ya no me dan miedo
y decaer me resulta evitable.

Que he lanzado mi moneda de la suerte y tus caricias se adueñaron de ambas caras.

Que cada tercer día del mes eres mi deseo constante, mi soplo cumplido, mi libertad, mi inspiración.
                 Y llevo tu olor en mi piel, para condenarte.

Que mucho tiempo es un segundo y con  un segundo podría escribir sobre ti, sobre mi, sobre nosotros.

                                                                                                                       Para que me salves siempre.